miércoles, 14 de enero de 2015

“El presente” Ensayo por Amelia Citlali Vite Pérez

ENSAYO “El presente”
El libro titulado “El presente “ escrito por  Spencer Johnson,  es un texto en el cual se entrelazan dos  historias,  ambas hablan sobre  la búsqueda y la vivencia del presente,  del como en dicha historia se muestra la inquietud  y la ilusión  de un niño por el saber, conocer  y vivir lo que es el presente, la vida de nosotros  los seres humanos está regida  por este, en muchas ocasiones  a pesar de que tengamos un trabajo,  buena posición económica, amigos, buenas calificaciones etc., si  para poder lograr estas no nos concentramos en el momento y principalmente estas no se disfrutan, de nada nos sirven, tarde o temprano si a estas no se es pone la debida dedicación, el amor, la paciencia, el esfuerzo, la perseverancia, y lo más importante si en el momento que hagamos cualquiera de estas cosas no estamos viviendo en el presente  todo, absolutamente todo es en vano, por que el presente es hoy, es el disfrutar este preciso momento, es el vivir día a día, cada instante que la vida nos regala, saber apreciar ese canto de los pájaros por  la mañana, disfrutar  ese   aroma de café, ese caer del hermoso atardecer , esa sonrisa del pequeño niño que nos brinda un saludo por la mañana, de ese “buenos días”,  del  resplandor del sol, en fin disfrutar esas  pequeñas grandes cosas que la vida nos  regala diariamente…
El leer este libro  es rencontrarse con uno mismo, en cada párrafo  uno se siente identificado, y mientras más lees, te detienes a meditar sobre  todas las cosas que haces, que aunque sabes que estás te gustan   y que ya las concluiste y que cumpliste con ellas, terminas sintiendo que fracasaste o simple y sencillamente no sientes esa sensación de  estar satisfecho  o en paz ,  en este libro podemos encontrar tantas respuestas  a preguntas que tal vez creíamos  que  no las tenían…
La historia comienza con  un personaje llamado Bill, quien  un día recibe  una llamada de una de sus antiguas compañeras  de trabajo llamada Liz Michaels, ella sabía que Bill gozaba  de gran éxito a sí que esta le pidió    el poder platicar con él, Bill  denotaba cierta tensión en su voz   y  este aceptó platicar con ella, comenzaron a platicar y Liz le dijo a Bill que  le habían dado el puesto de otro compañero de trabajo, Bill la felicitó y le dijo que  no lo sorprendía mucho  la noticia, ella comenzó a decirle que  las cosas habían cambiado mucho desde  el día en el que él se fue,  que había menos empleados y más trabajo, el tiempo no le era suficiente para terminar  nada ,  -“además, no estoy  disfrutando mi trabajo y la vida como quisiera. A propósito, Bill  te ves muy  bien “, - “estoy bien” respondió el. -“Disfruto mas mi trabajo y  mi vida. ¡Fue un cambio muy provechoso!”...

Bill que es uno de los personajes principales, decide contarle  a Liz una historia  que le habían  platicado, esta comienza a escucharla con mucha atención, tanto así que ella decide   tomar  nota de todo aquello que ella considera importante reflexionar y que en algún momento  sabría que utilizaría…

La historia que Bill le platicó a Liz era sobre “La historia del presente “, esta trataba sobre un niño que solía escuchar a un sabio anciano, y así comenzó a aprender sobre El presente, ambos se conocían  desde hacía más de un año y les gustaba conversar, un día el anciano le dijo al niño que el presente era llamado así por que de todos los regalos que se pudieran recibir, ese seria precisamente el más valioso, el niño le preguntaba al anciano porque  era tan valioso y este trató de explicarle, que cuando uno recibía el presente  uno se volvía más feliz, mas capaz  de hacer todo lo  que uno quisiera , el niño se había admirado aunque realmente no comprendía lo que el anciano le mencionaba , era tal la inocencia del pequeño que este le respondió que  él quería  que le regalaran “El presente” en su cumpleaños, luego el niño se fue a jugar, el anciano se preguntaba cuanto tiempo se tardaría el niño en descubrir  el valor del presente.  El anciano  disfrutaba con una sonrisa en su rostro  ver al niño jugar y balancearse  en un árbol,  el niño era completamente feliz y estaba completamente inmerso en aquello que hacía, y para el anciano era una dicha poder contemplarlo, cuando el niño creció  el anciano notó la manera en la que trabajaba. Los domingos por la mañana observaba a su joven amigo cortar el pasto al otro lado de la calle, parecía ser muy feliz sin importar que solo cortaba el pasto.

Una mañana  el niño vio al anciano y recordó lo que le había dicho sobre el presente, el niño sabia todo sobre regalos, como la bicicleta que  había recibido en su más reciente cumpleaños y aquellos que había encontrado debajo del árbol de Navidad. Sin embargo  al reflexionar el niño se había dado cuenta que    la dicha que le proporcionaban esos regalos no duraban mucho, el niño le preguntaba al anciano porque era tan especial “El presente”, también le preguntaba   el por qué era el mejor de todos los regalos,  después el pequeño le hizo una pregunta propia de un niño de su edad, este le preguntó que si “El presente” era como una  barita mágica  que podía hacer realidad todos sus deseos, el sabio le contestó sonriendo que no, que el presente no tenía que ver con magia o con deseos, después de unos  años el niño  creció y siguió preguntándose sobre el significado de el presente , pensaba que era un lugar especial, un viaje a una tierra extraña   en la que todo era distinto, las personas, la ropa etc. El niño tenía tantas ganas de conocer aquel  presente del que su anciano amigo tanto le hablaba. El    tiempo seguía pasando  y el niño ya se había convertido en un  adolescente. Cada vez se  sentía más descontento;  el tenia la idea que iba a hacer más feliz cuando creciera, pero siempre parecía querer más, más amigos, más ropa, más cosas    más emociones, soñaba impaciente con lo que le esperaba en la vida, sus pensamientos regresaron a sus conversaciones con el anciano  y se dio cuenta que cada vez pensaba más en la promesa del presente, entonces de nuevo fue con el anciano y le preguntó que si el presente era algo que lo hacía rico, y el anciano le contestó que sí en cierto modo, el le dijo que el presente podía darle muchos tipos de riqueza, pero que el valor de esas no se medían en oro o dinero, el anciano trataba de explicarle a aquel pequeño que  el ser más exitoso significaba el progresar hacia lo que es importante para uno, entonces el    adolescente le respondió que si entonces él podía decidir lo que era el éxito, el anciano le contestó que si que  nosotros podemos cambiar el contexto de éxito de acuerdo a las etapas de la vida  en la que nos encontremos, el anciano también trataba de explicarle  que en el caso de él por el momento el éxito podría ser    el que tuviese una buena relación con sus padres , buenas calificaciones, o mejorar en los deportes, también le dijo que más tarde el éxito podía  significar  simplemente un mayor disfrute de la vida , o el tener una sensación de paz y de plenitud consigo mismo, sin importar cualquier otra cosa, o que para el constituía un éxito muy especial , el adolescente le preguntó al anciano sobre que  era el éxito para él, el anciano rió y le contestó que en la etapa de la vida en la que él se encontraba significaba reír con más frecuencia, amar con mayor intensidad y el que fuera más útil, entonces el adolescente volvió a preguntarle si el presente podía ayudarlo a todo eso, el anciano le contestó que sí , el adolescente le dijo  al anciano que  a él nadie le había dado  un regalo así, y que él jamás había escuchado que otras personas se hubieran referido a un presente así, el comenzaba a dudar que ese presente existiera, el anciano le dijo que  si existía, solamente que él no comprendía bien el asunto, el anciano le preguntó   de cómo se sentía cuando de niño cortaba el pasto, que si se sentía bien o mal , y el adolescente le contestó que se sentía bien, reflexionó un momento y le dijo que le gustaba lo que hacía, que su trabajo era tan bueno que os vecinos también le pedían  que cortara el césped, también le dijo que ganaba bastante dinero para un niño de su edad  , entonces el anciano le  dijo que en que pensaba  mientras trabajaba, él le respondió que     en solo eso, en cómo segar en las zonas difíciles  y alrededor de los obstáculos; pensaba en todos los jardines que podía arreglar en una tarde  y en o bien que trabajaba, pero que básicamente  se concentraba en cortar el pasto que tenía enfrente   de él, el anciano se inclinó hacia él  y le dijo  lentamente que esa era la razón por la que era más feliz y exitoso, pero desafortunadamente el adolescente no reflexionó  mucho acerca de lo que acababa de escuchar, al contrario solo mostraba más impaciencia y le dijo al anciano que si quería que él fuera feliz  que le dijera que era el presente y en donde podía encontrarlo, así que el anciano le dijo al adolescente que él no tenía el poder  para hacerlo, ni para encontrar el presente de otra persona, solo le dijo que el presente era un regalo que uno se hace a sí mismo  y que solo uno mismo tiene el poder para descubrirlo, decepcionado por  la respuesta del anciano  el adolescente se fue.

Cuando el muchacho se convirtió  en un adulto joven decidió encontrar   El presente por sí mismo, leyó revistas, periódicos, libros, había hablado con amigos, familiares,  en internet  e incluso  viajó  por todas partes del mundo, pero sin embargo  por más que se esforzó   no encontró a nadie que pudiera decirle lo que era El presente.
Pasó el tiempo se  sintió tan cansado y frustrado que simplemente renunció  a la búsqueda, entró a trabajar en una empresa local, quienes lo rodeaban consideraban que su desempeño era bueno, pero él sentía que algo le hacía falta, mientras estaba en la oficina   pensaba en donde prefería trabajar o en lo que haría al llegar a casa, su mente divagaba durante las juntas y  cuando conversaba con sus amigos también se distraía. En la comida le sucedía lo mismo, ni siquiera percibía  el sabor de los alimentos, en el trabajo cumplía con sus obligaciones pero él sabía que podía desempeñarse mejor, que no estaba dando lo mejor de sí   y pensaba que no valía la pena lo que hacía,  el joven se dio cuenta que no era feliz, trabajaba muy duro, cumplía con sus obligaciones, normalmente llegaba a la misma hora y creía que actuaba  a su máxima capacidad, esperaba  que lo promovieran pero desafortunadamente  no fue así, el  no entendía el por qué no lo habían promovido si  se había esforzado, manifestaba su ira en el trabajo, pero no pudo controlarla y esta comenzaba a consumirlo, sabía que no era tan feliz ni tan  exitoso  como habría querido ser, pensó que tal vez nunca hubiera dejado de buscar El presente, y aquí fue donde el comprendió lo que era aquello de lo que el anciano  siempre le hablaba, El presente era el hoy, el vivir día a día, el mejor regalo,  aquello que podía darte riquezas pero que estas no se medían en oro, el  presente era el disfrutar aquello que hacemos en este mismo instante y no tan solo hacer algo por cumplir, cuando hacemos las cosas  de esta forma no estamos dando lo mejor de nosotros, aunque así lo creamos,  para hacer nuestro presente a veces es necesario recurrir a nuestro pasado y traernos a este instante  todo lo bueno, y  de aquello malo que nos ocurrió   tomar la lección  para que de esos errores que cometimos  en ese pasado ya no los volvamos acometer, a veces dicen que de los errores se aprende, y eso es algo muy cierto, en el presente también debemos de  en esas ocasiones en las que nos sentimos mal, planear aquello que queremos en un futuro,  es cierto que  el  futuro a veces no es como  nosotros esperamos, pero si de algo debemos estar seguros es de que el hacer planes para un futuro ayuda a tener una vida más tranquila…

Y así  como  personaje  yo también descubrí lo que es el presente, mejor dicho mi presente, en lo personal el leer este libro me dejó grandes enseñanzas, me sentí muy identificada con el personaje,  es un libro   tan fácil de comprender, además en cada capítulo, en cada párrafo, en cada línea hay cierto sentimiento impregnado,  debo de confesar que  es de mis libros favoritos,  es un libro de 150 páginas y lo he leído con esta 3 veces, pero cada vez que lo  leo, imagino a detalle a cada personaje, y  no me cansaría jamás  de leer este libro, cada vez que puedo comparto con  alguien de mi familia o amigos algo de lo que aprendí de mi libro “El presente”, creo  que todos en algún momento necesitamos  aclarar y meditar situaciones de nuestra vida y pues que mejor que con un libro como este.

  “El presente” Ensayo por Amelia Citlali Vite Pérez
Telebachillerato Barrancas, Cosoleacaque, Veracruz.



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